Vigil Díaz-I

Arabesco

Yo no deseo glorias ni riquezas: solo anhelo
perpetuarme en un poema rojo como tus labios,
blanco como tus manos.

Yo no deseo glorias ni riquezas: solo anhelo
perpetuarme en un poema sereno como tu frente,
sedoso como tu pelo,
búrneo como tu garganta,
heroico como tus senos.

Yo no deseo glorias ni riquezas: solo anhelo
perpetuarme en un poema breve como tus pies,
nephante y rítmico como tus ansias: un
poema que tenga: el alma de Jesús
de Nerón, de Nietsche de San Francisco de Asís
de Santa Teresa de Jesús
de Lucrecia, Cleopatra
y Salomé…


florecitas

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