Cartagena-II

Elegía

Redoblado tambor redoblando…
Sé que era otoño sin alondras ni hojas.
Yo que lloro al árbol, al pez y a la paloma
me resisto a los blancos del Sur.
A esos blancos con su odio apuntando a los negros.
No les pregunto nunca, porque responderían
que en Alabama pueden florecer las dos razas.
Mas, después del Verano de Medgar W. Evers
hicieron de un Otoño de cuatro niñas negras.

Ese cortejo de tantos ataúdes.
Ese cortejo nublando la alegría
redoblado tambor redoblando,
¿hasta cuándo? aquellos cuatro cuerpos.
Su luz de carne negra iluminando el Orbe.
No es hora de un grito jubiloso.
Afligida la tierra, hasta la tierra llora…
¡Hasta la muerte llora las cuatro niñas negras!
¿cómo habitan sus huecos?  Malvadamente muertas
porque la muerte es propia, otro no debe usarla.
Sus tiernos esqueletos levantarán su raza.
Con sus cabellos crespos tejerán banderas,
cuatro fueron las niñas en una iglesia muertas.
Antorchas inmortales sembradas en el Sur.
¿Cómo se escribe en Alabama L I B E R T A D?- pregunto.
Yo que lloro al árbol, al pez y a la paloma.


florecitas

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