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Por María Inés Iacometti (Santa Fe – Argentina)

(Vea la autora recitando el poema.)

Dedicado a la Cacica Mocoví Ángela Lanche

Cuando la veo 
veo raíces 
veo la sana alegría de persistir 
en una tierra que le pertenece.

Cuando la veo 
miro el río 
y miro sus hazañas 
tan de turbiedades y de calma.

Su cabello trenza memorias
y me cuenta historias 
que, aun cercanas, 
               desconozco.

Ella suena a lucha 
y lucha de las bravas.
Mujer con todas las letras, madre,
compañera, hija, abuela, hermana.

Ángela india 
          guardiana de la naturaleza.

Su amor a Pachamamá
-mamá fuerte como ella le dice-
se le prolonga en los brazos
y son ramas 
y acontecen en ellos
nidos, frutos, refugios, consejos.

De carácter fuerte, visceral 
sin apuros y mucha paz 
me ha dicho:
Pachamama 
            es nuestra casa mundial.

Cuando el aromo florece 
cada primero de agosto,
con permiso del guardián del fuego
surge el amor en las llamas
y esa fogata
que ahúma con hierbas
             sana.

Un cuenco en la tierra
será cuna de ofrendas y plegarias
regado con música y cantos
que agradecen, celebran, proclaman.

Ángela grande…
Solidaria, resiliente, 
que volviste a tu pueblo
a ayudar, a enseñar, a compartir.

Ángela siempre sonriente…

De cara al cielo 
              con los pies en la tierra.


Poema inédito. Reproducido aquí con permiso de la autora.


florecitas

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