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A Concho Primo

Bajo tu potro es un juguete el llano, 
bajo tu potro tan dominicano 
que le sirve de espuela la corneta 
y vuela más que la guinea inquieta 
que en las plumas se pinta municiones 
para robarle el blanco a la escopeta. 
Mucho más que penetras y perduras 
cuando desgranas tus aventuras 
ante el espanto de la llanera 
que puso al cuello de los soldados 
el amuleto como trinchera. 
¡Qué bien recuerdo tu apretón lejano: 
un corazón se te volvió la mano! 
Se me quedó tu azúcar en la hiel, 
como a los negros cuando cortan cañas 
que se les queda en el machete, miel.

Y se agiganta mucho más tu historia
en la alcancía de mi memoria,
loro de los refranes, triunfo de las mujeres,
cuando volando las cabalgaduras,
eran sobre las lomas y las llanuras
un tiroteo los amaneceres.
Hoy lo que rueda, Vale Concho, es rueda;
asoma la vitrina en las vitrinas
de los ojazos de las campesinas,
y bajo la sotana o la moneda
su flor a la santica se le queda.
Mira una cruz como se pierde al vuelo:
enredada en la hélice
se va la carretera por el cielo.
Mas hoy, compadre Concho, también se ve tu llano
-míralo en el bolsillo del norteamericano.


florecitas

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