Vox clamantis
De la torre del templo vetusto
lanza un grito la negra campana,
y rasgando el azul de los aires
el grito se aleja, volteando en las vagas
oleadas del cielo, en concéntricas ondas,
hacia la playa de lo que no acaba,
hacia la orilla en que todo termina.
Esa boca de bronce ¿qué clama?
¿Qué mensaje vibró en lo infinito?
¿No hay respuesta a esa voz sin palabras?
Va y viene, va y viene mecida en los aires.
Entre ésta y la orilla que nunca se alcanza,
flota un celestre misterio ondulante
con rumor leve de trémulas alas.
Lanzo, rumbo a la incógnita playa
la pregunta febril que es mi vida.
como oído que acecha, mi alma
se apoya anhelante contra lo vedado,
la sutil barrera que ante mí se alza,
y ávida escucho, dolorosamente,
con un temblor de secreta esperanza.
Mas si acaso, si acaso viniera, si el oído pudiera alcanzarla,
si pudiera guardarla el recuerdo,
¡oh alma desvalida, mi doliente alma!
¿en qué lengua ignota la articularías?
¿Cómo hallarías la clave ignorada
para la inmensa respuesta inefable?
Enero, 1934 – México
Publicado en Obras y apuntes. Tomo III: Camila Henríquez Ureña. (2020). Editorial Universitaria (Cuba).
Regresar a las obras de Camila Henríquez Ureña