De los Jundungo a Joyo Cercado
Por Felicia Vásquez (1948 -)
Los Jundungo es melodía
que retumba en la memoria.
Es un repique de gloria.
Campanada de alegría.
Semeja la algarabía
del sapito saltarín
que brinca sobre la crin
de cualquier caballo manso
que se llega a este remanso
y a su sed le pone fin.
En medio del pajonal
el campeche, la guayaba
y añosas matas de cuaba;
se apresuran a un brocal
las aguas de manantial
de unos veneros muy hondos.
Mágicos lechos redondos
donde reposan airosas
las aguas más rumorosas
atrapadas en sus fondos.
Un milagro parecido
se daba en Joyo Cercao
Allí sí había melao
para endulzar el oído.
Un armonioso sonido
de escala no definida
acordaba la salida
del agua dulce y liviana
que escondida en la sabana
multiplicaba la vida.
El guayacán del lugar,
el capá y el pichipén
no daban al comején
un tronco para anidar.
Allí encontraban hogar
el cocuyo y las mimitas
que encendían lucecitas
para alumbrar, presurosas
esas noches misteriosas
preñadas de mañanitas.
El lugareño del llano
pasaba mucha crujía.
A veces le amanecía
con la vasija en la mano.
Velaba desde temprano
para llevar a su hogar
el agua de cocinar,
de beber y del manijo.
Y el tirijala era fijo
para el envase llenar.
Hoy no es esa melodía
la que endulza la canción.
Pero añora el corazón,
y a la mente desafía
para retener la vía
de conectar el pasado
con el futuro ignorado.
Y valora lo vigente,
pues mejor que lo presente
no hay otro tiempo ganado.
Publicado en Felicia Vásquez (2019) “Bajo el sol de Guabatico”. Banco Central. Santo Domingo.
Usado aquí con permiso de la autora.
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