Voz Inmensa
Sólo abren la paz una campana, un pájaro …
Parece que los dos hablan con el ocaso.
Es de oro el silencio. La tarde es de cristales
mece los frescos árboles una pureza errante.
Y más allá de todo, se sueña un río limpio.
Que separando perlas huye hacia el infinito.
¡Soledad! ¡Soledad! Todo es claro y callado.
Sólo abren la paz una campana, un pájaro …
El amor vive lejos. Sereno, indiferente,
el corazón es libro. Ni está triste ni alegre.
Lo distraen colores, brisas, roces, perfumes …
Nada como un lago de sentimientos inmune.
Sólo abren la paz una campana, un pájaro.
Parece que lo eterno se coge con la mano.
Publicado en Obras y apuntes. Tomo III: Camila Henríquez Ureña. (2020). Editorial Universitaria (Cuba).
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