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¡María!

Por Trina De Moya (1863 – 1941)

¡Maravillosa y singular criatura,
del divino Ideal suprema alteza
sólo a Dios inferior en tu grandeza,
oh, Madre virginal, toda dulzura!

Más que todo lo blanco es tu blancura;
más que todo lo bello es tu belleza;
más que todo lo puro es tu pureza;
más que todo lo hermoso es tu hermosura.

Virgen excelsa, Madre Inmaculada,
tallo místico y flor de la inocencia,
a cuya sola invocación sagrada

¡derrama el cielo amor, paz y clemencia
vuelve los ojos a tu grey amada,
¡da a tu pueblo infeliz la independencia!


Publicado en Rita Moya de Grimaldi. 2006. Chin Mamá. Santo Domingo.


florecitas

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