El Clamor de la Naturaleza.
SOS. Loma Miranda.
Por José Reyes (1965 – )
Hay una isla en el mundo
ya lo dijo un gran poeta,
pero ya casi no existe
sus montañas están desiertas.
Los manglares están menguando
porque se secan los ríos,
y las aves no están trinando
porque perdieron sus nidos.
Pobre rio de Nizao
de Baní mi agüita fría,
triste arroyito de güera
que nació en la montería.
Qué sierra más despiadada
qué machete traicionero,
qué hacha más desgraciada
que está tumbando maderos.
De la Loma de la Barbacoa
ya no nacen manantiales,
porque han tumbado yagrumos,
manaclas, pinos y brocales.
Ya no hay peces en los ríos
camarones en los arroyos,
no existen los cocodrilos
palomas, garzas, ni loros.
Ya no chillan los carraos
cuando la noche está fría,
ya no hay agua en las cañadas
las extinguió la sequía.
Ya no hay morones rayados
ya no hay charcos en el copey,
ya no hay jaibas en las laderas
murieron ya no se ven.
Hasta las ciguas palmeras
que hacían nidos ovalados,
como ya no existen palmas
emigraron a otro lado.
El pájaro carpintero
ya no hace hoyos con su pico,
no hay bandadas de rolones
no hay cotorras, no hay pericos.
Los cachones ya no existen
no hay eneas en sus fuentes,
no viven ya las abejas
pues las ramas no florecen.
Se extinguieron las calandrias
que volaban por montones,
no hay guineas, no hay jilgueros
ya no hay puercos cimarrones.
El ganado ya no brama
el burro ya no rebuzna,
el caballo no relincha
el cucuyo ya no alumbra.
No hay flamencos en las salinas
ya no hay cangrejos en paya,
ya no hay mangos banilejos
ya no existe la guayaba.
Ya no somos siembra hielo
no hay cacaos en los conucos,
ya no hay matas de café
ya no existen los macutos.
De continuar como vamos
destruyendo la foresta,
no habrá arroyos, no habrá ríos
no habrá agua en el planeta.
Las margaritas y las rosas
solo huelen en sonetos,
pues las sabanas ya son
junglas de asfalto y concreto.
Los laureles, las caobas
el roble y el candelón,
fueron maderas preciosas
cuando había forestación.
No hay malangas, no hay yautías
no hay melones, no hay sandías,
pues no existen las parcelas
ni el cachón de agüita fría.
La madre naturaleza
de sabiduría inmortal,
de la sierra despiadada
no se ha podido librar.
La primavera pasó
y no se vieron las flores,
no volaron mariposas
no cantaron ruiseñores.
¡Ay lagunita de Oviedo!
ay de ti lago Enriquillo,
porque en la isla cabrito
ya no existen ni los grillos.
Se está muriendo el rio Ozama
nadie tiene compasión,
le están tirando basura
y aguas negras por montón.
Corre y anda por los valles
ve y visita tu terruño,
concientiza a un campesino
educa al paisano tuyo.
¿Cuándo volverá a llover?
¿cuándo regresan las aves?
si reverdecen las lomas
nacerán los manantiales.
Leñador guarda tu hacha
escucha, paisano mío,
y verás como las aves
regresarán a sus nidos.
No extraiga más materiales
de las cuencas de los ríos,
ama la naturaleza,
escucha paisano mío.
Las dunas de las calderas
se están quedando pequeñas,
los camiones se han llevado
todas sus lomas de arena.
Son únicas en el caribe
para orgullo quisqueyano,
hay que cuidarla día y noche
entiéndelo mi paisano.
Ya nuestras dunas están
en peligro de extinción,
la está matando la industria
el poder, la explotación.
Si el desierto de Sahara
tiene arena donde quiera,
yo me pregunto ¿por qué?
hay que buscarla en caldera.
Nunca es tarde quisqueyano
pero hay que comenzar,
siembra un árbol, siembra vida
siembra agua y bienestar.
¡Oh! nubes del firmamento
descarguen sobre quisqueya,
para que vuelva a crecer
mucha hierba verde y bella.
Una isla verdecita
con arroyos y muchos ríos,
donde aniden muchas aves
Tortugas y cocodrilos.
Si tu quieres que los niños
conozcan los manantiales,
siembra un árbol, siembra vida
protégelo, no lo tales.
Es tarea del gobierno
imponer ley y respeto,
y evitar que nuestra patria
se transforme en un desierto.
Hay un dolor grande en mi pluma
mis versos lloran tristeza,
porque ya está agonizando
la madre naturaleza.
Publicado en el poemario Sonestalgia. pg.183. Editorial Santuario. Santo Domingo. Reproducido aquí con permiso del autor.
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