Skip to content

En tierra de Quisqueya

Gloriosos argonautas que en el nueve de Julio 
desplegáis a los vientos un blanco pabellón, 
cuando en el lar nativo pregunten vuestras damas 
cómo son en Quisqueya campos y cielo y sol,

responded que los campos son montes de esmeralda 
y se oye en cada rama un pájaro cantor; 
que mil variadas flores perfuman el ambiente, 
que es un zafiro el cielo y es un topacio el sol.

Si inquieren por nosotros: -¿Son felices?.. Decidles: 
-Los vimos en cadenas vencidos a traición… 
Mustias están sus frentes, sus brazos abatidos, 
y en sus pechos no caben más odio y más dolor.

Aprended de nosotros, ¡oh pueblos de la América!
los peligros que encumbre la amistad del sajón;
sus tratados más nobles son pérfida asechanza,
y hay hambre de rapiña en su entraña feroz.


florecitas

Regresar a las obras de Fabio Fiallo