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Quien fuera tu espejo

¿Cuán feliz es el sol! En las mañanas 
por verte su carrera precipita, 
a tus balcones llega, y en cada alcoba 
penetra por la abierta celosía.

Al blanco lecho en que reposas, sube, 
a tu hermosura da calor y vida, 
tornase ritmo en tus azules venas, 
y epigrama de luz en tus pupilas.

Mas, yo, no envidio al sol, sino al espejo
en donde ufana tu beldad se mira,
que te ama, alegre, cuando estás delante,
y al punto que te vas de ti se olvida.


florecitas

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