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Agustín Barrios “Mangoré” (1885-1944)

Profesión de Fe

Tupá1, el Espíritu Supremo y protector de mi raza,
encontróme un día en medio del bosque florecido.
Y me dijo: “Toma esta caja misteriosa y descubre sus secretos”.
Y encerrando en ella todas las avecillas canoras de la floresta
y el alma resignada de los vegetales,
la abandonó en mis manos.
Toméla, obedeciendo el mandato de Tupá
y poniéndola junto al corazón,
abrazado a ella pasé muchas lunas al borde de una fuente.
Y una noche, Yasy2 retratada en el líquido cristal,
sintiendo la tristeza de mi alma india,
dióme seis rayos de plata para con ellos descubrir sus arcanos secretos.
Y el milagro se operó: desde el fondo de la caja misteriosa,
brotó la sinfonía maravillosa de todas las voces vírgenes
de la naturaleza de América.


Mi guitarra

Hay un hondo misterio en tu sonoro
y ardiente corazón, guitarra mía,
gozas pensando y hay en tu alegría
transportes de pasión, gotas de lloro.

Te dio su corazón el dulce moro,
el ibero te dio, su alma bravía
y la América virgen, se diría,
puso en ti, de su amor, todo el tesoro.

Por eso en tu cordaje soberano,
que vibra con acento casi humano
es a veces, tu voz como un lamento.

Como queja de tu alma solitaria
en cuya triste y mística plegaria
florece sin cesar el sentimiento.


Notas:

  1. Dios en la mitología Guaraní
  2. ‘La Luna’, en guaraní.

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