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En principio

Por Mateo Morrison (1946-)

A Rafael Abréu Mejía

En principio, quien dijo amor no habló de guerra
ni mencionó que un hombre estrujaría la alegría de otros hombres.
Que la risa sería patrimonio de unos cuantos.
Nadie dijo, en principio,
que las flores de todos los jardines
serían sólo adorno de salones y de tumbas.
Y la tierra
        y el mar
                y hasta el aire
estarían fraccionados en latifundios.
No, no fue el acuerdo
romper los corazones más humildes
y exhibirlos por todos los mercados
impedir que salga la palabra por las bocas hambrientas
hacer rodar la débil esperanza de los niños.
No, en principio hablamos de un amor correspondido,
no de una siembra sólo alimentada por nosotros.
Entonces son mis palabras
este juego desigual:
yo el golpeado por el tiempo –tú el acariciado por la suerte–
yo el golpeado por la suerte –tú el acariciado por el tiempo–.
Esta paz invertida y desastrosa
puede que sea tu paz, pero es mi guerra.


Publicado en el libro Las palabras están ahí. 2008. Usado con permiso del autor.


florecitas

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