Madres-XV

rosa amarilla

Vuelo por el cosmos

Por Camelia Michel

Elegía a mi madre


Ocaso

Cuando la mano oscura de la muerte
corrió el velo de tus párpados
Miles de luceros se apagaron en tus ojos
sinfonía de ocasos y silencio
cabalgó el universo.
Ese instante los ángeles callaron
en una espera de clarines dormidos
y en la tierra los árboles parieron
raíces pardas y rotas
que horadaron los caminos
para abrir espacios a tu cuerpo.

Por los cuatro puntos cardinales
tus cenizas se esparcieron generosas
andariega tu alma
se ataba las sandalias
para cruzar la puerta angosta.

Búsqueda

Tan pequeña e inerme
te buscaba
con sólo el escudo de un poema
y una oración
para defenderme de la muerte
de tu muerte.

¿Dónde estás ahora que no me escuchas?
¿Por qué tan lejos en ese valle oscuro
en el que no puedo verte?
¿Quién cerró las ventanas de tus ojos
y apagó el brillo de los astros?

Visiones

Dicen que te vieron madre
cabalgando por los montes de las nubes
rauda como corceles
como potrillos que buscan el camino
desafiando ríos y montañas.

Dicen que te vieron madre
potra de luz por el cielo
cerca de Puesto Grande
siempre rodeada de niños
que te siguen como ángeles.

Dicen que te vieron
madre poderosa
surgir de la nada con flores
en las manos.

Que miríadas de soles
nacieron en tu risa
que volviste a la vida
en un choque de estrellas y luciérnagas
que te asomas a los mundos en el viento sideral.

Dicen madre que me esperas
para curar mis heridas
y que por siempre
habrás de arrullarme
con la suave música de las esferas.


florecitas

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