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Rosa

Madre

Por Rosa Silverio (1978-)

El 25 de febrero 2021, Madrecita amada, un día como hoy desplegaste tus alas y volaste a los brazos del Señor.
¡Duele tanto tu ausencia!
Siempre estarás en mis recuerdos y en mi corazón, hasta nuestro reencuentro

Madre, te escribo desde el manicomio
pensando en todo lo que estarás sufriendo en este instante
pensando en que fui luz y ahora ceguera
en que yo era tu máximo proyecto
y mira adonde he venido a parar ahora
Madre, tú que estás tan lejos y a la vez tan cerca
todo un continente nos separa
pero yo te siento latir en mi pecho a cada paso
te siento fluir como la sangre y te escucho ordenar que me levante
pero me fallan las rodillas
me faltan las fuerzas para enfrentar esta batalla
me falta el amor por el que tanto he luchado
Ahora sólo me quedas tú y temo tu abandono
como si fueras un ave a punto de irse
o una nave espacial que nunca regresará a la tierra
Temo que te canses de esta hija
loca, malcriada, pecadora
de esta muchacha que tantas veces te ha decepcionado
Y ahora te escribo desde el corazón y la carne
porque soy el fruto de tu vientre
y mi ombligo estuvo unido a tu placenta
Madre mía, pequeñísima Casiopea
(esto ya lo he dicho antes)
dame la luz que me falta
tiéndeme tu mano fuerte y agrietada
ámame pese a toda esta locura
abiertas están las ventanas de esta fosa
así que espérame junto al sol en el Caribe
hacia ti corro en mis sueños
hacia ti voy volando en mi escoba
hacia allá voy.


florecitas

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