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Del delirio sutil

Sólo tú, mujer de piel a piel.
Sólo tu boca, camino de tu boca.

Sólo tú, frente al espejo fiel
―orfebre fundidor del anhelo que brota
                                      a la luz de tu ser―
eres, mujer, ese certero envés de mi existencia.

Yo vivo incrustado en tu corteza,
asido de ti como perenne hiedra.

Sólo tú, mujer, de piel a piel.

Canto por ti al vívido estallido que aquí,
en el ardiente lecho de los sedientos eros,
nos dilata las ansias de enamorados fieros
nos remonta a las tardes de colegiales días
y nos da ese milagro de amarnos todavía

con delirio sutil, sin desesperos…


Del libro Violetas del Alma. Taíno Editores. 2020


florecitas

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