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Cuando la Rosa Muere

Por Franklin Mieses Burgos

Cuando la rosa muere
queda un hueco en el aire
que no lo llena nada:
ni el eco que sepulta
su desolado rostro
herido en otra arena;
ni la luzque va sólo
en río transparente
hecho por serafines;
ni la sombra que es ala
de un pájaro de nieblas
nacido sobre el viento.
Cuando la rosa muere
deja un hueco en el aire
que no lo llena nadie;
sólo el llanto la anega
con sus blancas estatuas
de sal petrificada,
con sus astros caídos
y sus nubes viajeras;
sólo el llanto lo anega
en estrellas pequeñas.
Cuando la rosa muere
deja un hueco en el aire,
una grieta sin fondo
donde la muerte enciende
sus lámparas oscuras.


Publicado en Lebrón Saviñón, M. (2002). Tres grandes poetas dominicanos. Ágora, año 1, núm. 2 (julio 2001-junio 2002), pp. 47-55. Santo Domingo: Universidad APEC. https://repositorio.unapec.edu.do/handle/123456789/428


florecitas

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