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La niña Pola

¿Qué será de la niña Pola, 
que estaba en el campo, 
que su padre figuraba tonta 
y echaba a rodar a los vientos de la alborada su risa loca?…

Crepúsculo y alma, 
ingenuidad y gloria; 
suspirillos de un pecho que no había tenido pasares nunca, 
inquietud de unos ojos que habían rondado por la montaña, 
tras el arco-iris que los copúsculos tornasola…

Sobre blanco rojo, 
y sobre rosado, moreno. 
Brillo como aquel brillo, yo no he encontrado ni en 
                                       el diamante ni en el destello; 
castidad parecida, 
ni en la albahaca ni en el romero, 
ni en la petunia, ni en la magnolia, ni en la paciencia; 
(el sol de espaldas o el sol de hinojos junto al cerro…)

—Es muy tranquilo; pero me lleva catorce años. 
(¡Oh, si supieras, cuántos abismos, cuántos obstáculos, 
salvo en la tarde, salvo en el alba, parta tenerte junto a 
                                                                mi sueño!)

¿Qué será de la niña Pola, 
que estaba en el campo, 
que su padre figuraba tonta 
y echaba a rodar a los vientos de la alborada su risa loca?…

La sangre aborta, y a las miradas que están en éxtasis
no le es posible seguir el curso ya desarbolado de la
égloga!…

(1927)


florecitas

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