Skip to content

Espasmos en la noche

Por Mateo Morrison (1946-)

1

La almohada que me cuida
el lado izquierdo de la cabeza
no sabe de mis sueños.
Se van construyendo en su presencia
y no lo sabe.

Sueños terribles, tontos, tenues;
sueños de amores
que se evaporan si despierto.

En cambio, a mi lado, qué soñará
la mujer que hace tantos años
usa la otra almohada.
Seguro tampoco sabe
de sus sueños, aunque sienta
sudores en una madrugada
donde colapsa la energía.
Pero el sudor no tiene nada
que ver con los sueños
porque éstos no transpiran
no generan nada materialmente visible.

2

A lo mejor
se van a otra dimensión
donde la mujer que se supone me ama,
se conecta con los sueños
míos que la amo.
Sueños particulares, incomunicables,
dispersos en sus fragmentos de sombra:
vidas en los escenarios de muerte.

La sábana sabe aún menos de ellos.

Trata de comunicarse con
la almohada. Que, como dijimos,
no sabe nada de sueños
o por lo menos da a entender eso
por la indiferencia exhibida cuando
la sacudimos y no reacciona.
Como si el privilegio de resguardar
nuestras cabezas
no le importara nada.

3

La sábana sabe de otras cosas
pero eso es más fácil porque uno
ya está despierto:
sabe de cuerpos diluidos,
de movimientos tenues
y movimientos bruscos;
de humedades que hacen temblar
cuando ella aún no duerme,
hasta no saciar la pasión
en caída vertiginosa hacia el silencio.


Publicado en el libro Espasmos en la noche, 2010. Usado con permiso del autor.


florecitas

Regresar al índice de poemas de Mateo Morrison