Delicias del campo
Por Josefa A. Perdomo Heredia (1834-1896)
El campo por abril verde y florido
Vuelve sin duda al corazón la calma;
Reposa en él tranquila nuestra alma
I palpita sin susto el corazón.
El aliento del céfiro apacible,
Los variados matices de las flores
I las aves que cantan sus amores,
Producen la más grata sensación.
En el triste silencio de la noche,
Ostentando los astros su riqueza,
Se presentan allí con más belleza
Llenando el alma de consuelo i paz.
Tiendo la vista al asomar el alba
Por contemplar de nuevo el horizonte,
I se divisa en el dorado monte Del almo sol la eterna majestad.
¡Oh! campo amado, colmo de delicias,
Edén querido de mi ser i vida,
¡Ai! la dicha del alma apetecida
No se puede encontrar sino es en tí.
¡Salve! por siempre, soledad preciosa,
Pues no puede existir bajo del cielo
Otra dicha, otra gloria, otro consuelo,
Ni otro lugar mas grato para mí.
Publicado en Poesías de la Señorita Josefa A. Perdomo. Imprenta de García Hermanos. Santo Domingo. 1885.
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