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Antipoiesis terrestre

Por Mary Ely Marrero Pérez (Puerto Rico)

Decimos que en las noches sale la luna
como iluminadora de Pachamama.
La luna observa que en las noches
todos nos ocultamos,
que nos perdemos el espectáculo,
que nos vamos a la almohada
con la mente liviana
que inmóvil deja morir el tiempo,
el suelo, el viento,
el dulzor de la viveza.
Se pregunta la luna
y cuestiona la tierra
por qué las describimos así,
en puro verso,
en metáfora fingida,
y de otros modos tan vacíos,
que solo somos condescendientes
para el aplauso de un público
que se consume a la madre
y la palea a rimas necias.
Descubre la tierra a la luz de la luna
que la inventábamos a deshoras
para fingirnos trascendentales,
y que no nos apasiona realmente.
Como venganza por la tierra,
la luna enamorada
les informa a sus hermanos celestes
que los humanos no somos poetas,
aunque creamos que sí,
porque los verdaderos vivirían del mundo
como intercambio sublime
y no matarían la vida
para luego lamentarla al versarla.
Todos los cuerpos celestes,
solidarios con Pachamama,
optan por no enviarnos más musas
hasta que pernoctemos al intemperie,
en pie de lucha,
con verso en la consciencia,
además de en la palabra
como los auténticos poetas.
Pero muchos humanos
deciden permanecer humanos,
y siguen escribiendo poemas que,
sin verbos
son solo manchas de tinta.


Poema inédito. Reproducido aquí con permiso de la autora.


florecitas

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