Escorzos
A Enrique Ap. Henrìquez
I
Adelina Patti
Como vive en los siglos la leyenda
del arte giego, la perenne magia
que aún en sus rotas, desoladas ruinas
suspende el pensamiento y le entusiasma,
Tal viaja por los años tu leyenda,
diosa del canto y de la escena maga,
y corren los asombros de tus triunfos
en el carro fulgente de la fama.
Tal se finge la absorta fantasía
tu voz – diamante, lirio, seda, nácar – ,
tus glorias de Rosina y de Violeta.
Mas hoy si a ti se acerca, toda en ansias,
llora la admiración al contemplarte,
¡triste ruina, doliente, desolada!
II
Marcella Sembrich
Es el triunfo sonoro de tus arias
rival de la melódica floresta
donde impera en su trono de esmeralda,
monarca de los trinos, Filomela.
A la gracia vivaz y luminosa
con que animas la clásica comedia
¡oh compatriota de Chopin! adunas
dulces melancolías de Bohemia.
La cascada de perlas de tus trinos,
tus cavatinas lánguidas y lentas,
rememoran antiguos esplendores,
glorias fugaces de lejana época:
¡el genio de Mozart canta en tu canto
sus divinales notas postrimeras!
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