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Sueños

En horas gratas, cuando serena 
reposa el alma libre de afán, 
y el aura amena 
pasa, de agrestes rumores llena, 
y es todo calma, todo solaz;

cuando la Patria suspende el ruido 
de las contiendas aterrador, 
y confundido 
quedar parece bajo el olvido 
cuanto es angustias al corazón,

castas visiones vienen ligeras, 
y en bullicioso giro fugaz, 
cual mensajeras 
de paz y dicha, nuevas esferas 
al pensamiento mostrando van;

nuevas esferas donde la mente 
vislumbra absorta mares de luz, 
donde se siente 
que extraños sones lleva el ambiente 
sobre las nubes del cielo azul.

Enajenada la fantasía, 
de esas visiones corriendo en pos, 
mira a porfía 
pueblos y pueblos buscar la vía 
de esas regiones de eterno albor.

Rasga el destino su denso velo, 
y a sus fulgores el porvenir 
muestra a mi anhelo 
como a esa altura, con libre vuelo, 
Quisqueya asciende grande y feliz.

Sueños de gloria que halagadores 
el ama sigue llena de fe; 
bien que traidores 
huyen a voces, y sus fulgores 
envuelven sombras de lobreguez.

¡Ay! Es que entonces, Patria bendita, 
cubre tus campos ruido fatal, 
que a la infinita 
región se eleva, y el alma agita 
con emociones de hondo pesar.

Mas cuando calla la voz terrible 
cuando sereno luce el confín, 
y bonancible 
pasa la brisa, con apacible 
giro de blandos rumores mil,

cándidas vuelven esas visiones 
arrobadoras en multitud 
y esas regiones 
a poblar vuelven extraños sones 
y claridades de viva luz.

A esas esferas del pensamiento 
quiero llevarte, Patria gentil; 
si oyes mi acento, 
si verte quieres en alto asiento, 
dominadora del porvenir;

¡ah, quede siempre suspenso el ruido 
de las contiendas aterrador; 
que enternecido 
desde su trono de luz ceñido 
sueños de gloria te ofrece Dios!


florecitas

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