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La montaña estaba allí para ser señalada.
Pastizales cubrían un poco las laderas,
y luego había una pared de árboles con troncos:
Después de éso, sólo las copas de los árboles y las barrancas
imperfectamente escondidas entre las hojas.

Robert Frost “The mountain” (Tr E. Marcano M.)

La Sierra y la Montaña

Pelona-PicoDuarte
Loma La Pelona (centro) y el Pico Duarte (izquierda) en la cordillera Central, Rep. Dom. Las montañas más altas de las Antillas.
Foto: Miguel Rojas

Viejas habitantes de la Tierra. El tiempo las va desvaneciendo poco a poco hasta ser solo un recuerdo de lo que una vez fueron. Según nacen, son rápidamente conquistadas por las plantas y animales de la superficie, que se aprovechan de los nuevos nichos que las montañas proveen.

La joven montaña empieza a recibir el ataque del sol, viento, organismos, temperatura y lluvia, y poco a poco se va desmenuzando. Los pequeños riachuelos que nacen en ella arrastran las migajas de la montaña en forma de arena y arcillas y las llevan hasta el mar. Una vez allá, el sedimento de la montaña volverá a ser parte del interior de la tierra y algún día, en el futuro, resurgirá nuevamente como una nueva montaña.

Composiciones musicales

Poemas de las montañas

  1. La Monteada de Javier – José Reyes (1965-)
  2. El camino en la montaña  – Víctor Garrido (1886-1972)
  3. Lamento en la montaña Gloria Fuertes (1917-1998)
  4. Montañas en la noche – Herman Hesse (1877-1962)
  5. Loma MirandaCésar Sánchez Beras (1962-)

florecitas

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