La montaña estaba allí para ser señalada.
Pastizales cubrían un poco las laderas,
y luego había una pared de árboles con troncos:
Después de éso, sólo las copas de los árboles y las barrancas
imperfectamente escondidas entre las hojas.
Robert Frost “The mountain” (Tr E. Marcano M.)
La Sierra y la Montaña
Viejas habitantes de la Tierra. El tiempo las va desvaneciendo poco a poco hasta ser solo un recuerdo de lo que una vez fueron. Según nacen, son rápidamente conquistadas por las plantas y animales de la superficie, que se aprovechan de los nuevos nichos que las montañas proveen.
La joven montaña empieza a recibir el ataque del sol, viento, organismos, temperatura y lluvia, y poco a poco se va desmenuzando. Los pequeños riachuelos que nacen en ella arrastran las migajas de la montaña en forma de arena y arcillas y las llevan hasta el mar. Una vez allá, el sedimento de la montaña volverá a ser parte del interior de la tierra y algún día, en el futuro, resurgirá nuevamente como una nueva montaña.
Composiciones musicales
- En la gruta del rey de la montaña – Suite Peer Gynt N°1 Op. 46 de Edward Grieg
- Obertura las Hébridas (La gruta de Fingal) de Felix Mendelssohn
- Una noche en la Montaña Pelada de Modest Músorgski
- Montaña misteriosa sinfonía No. 2 de Alan Hovhaness.
Poemas de las montañas
- La Monteada de Javier – José Reyes (1965-)
- El camino en la montaña – Víctor Garrido (1886-1972)
- Lamento en la montaña – Gloria Fuertes (1917-1998)
- Montañas en la noche – Herman Hesse (1877-1962)
- Loma Miranda – César Sánchez Beras (1962-)
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